martes, 27 de abril de 2010

Una tarde con Heather


Vengo llegando de conversar con Heather Smith, la directora ejecutiva de Rock the Vote, una ONG de EEUU que busca movilizar a los jóvenes electores para que se registren y voten en las elecciones hablando su lenguaje, utilizando sus medios, y levantando sus issues.

Lo primero es confesar mi envidia en quizás la única experiencia que Heather y yo tenemos en común. Los dos reportamos a un directorio. La diferencia es que en el de ella está Michael Stipe y en el mío @eugeniotironi...

Lo segundo es advertir que lo que anotaré a continuación será un puro borroneo de lo que apunté en la conversación, porque una de las razones por las que este blog está desfalleciendo es porque uno trata siempre de parecer más inteligente de lo que es.

-Heather says que si bien EE.UU. ha logrado en los últimos 5 años que proporcionalmente más jóvenes se presenten a las urnas, el desafío sigue: la proyección es que en 2015, los votantes de 18 a 29 años serán un tercio del electorado, y sumarán 85 millones. Aunque ella no lo dice así, porque es demasiado guapa y sofisticada, si la tasa de participación no mejora estarán hasta el copi. La pregunta: cómo re-vincular a toda una generación con la democracia.

-Trasladado a Chile, el panorama no será muy distinto. Al 2015 habrá más de 1.773.000 en ese mismo rango de edad en condiciones de votar. Los ilusos -que abundan- creen que gran parte del problema se resolverá con la inscripción automática y el voto voluntario, pero el ejemplo de EEUU indica lo contrario. Heather dice que registrar a los jóvenes -es decir, que se anoten para votar en un distrito- es el "desde" para Rock the Vote (RTV). Lo realmente difícil es que se presenten efectivamente a votar. Inscripción automática my ass.

-Eso lleva inevitablemente a preguntarse por qué habrían de ir a votar. Heather dice que lo que han descubierto -"hacemos encuestas todas las semanas", dice, y tiene la gentileza de compartirlas online - es que los electores jóvenes se animan a votar si a) logran creer que la política puede provocar cambios reales y b) si hay issues, o tópicos, que los movilizan porque son relevantes para ellos.

-Ella mencionó un ejemplo que aplica perfectamente a Chile: el financiamiento de la Educación Superior. Con más de 876 mil matriculados al 2009, no es descabellado decir que uno de cada dos jóvenes electores cursa estudios en una universidad, instituto superior, UFT. En EEUU como en Chile, la inmensa mayoría de esos estudiantes debe financiar su carrera con el apoyo de sus familias o el caro endeudamiento bancario. ¿Qué hace Rock the Vote? Te dice: "Dile al Congreso que apoye a los estudiantes y no a los bancos", y luego te ofrece alternativas para presionar a tu parlamentario, y a tu gobierno, a dedicarle tiempo y lucas a esos issues que te importan. ¿Alguien puede decirme quién habla en serio de estos temas en Chile, más allá de un par de desabridos compromisos de campaña?

-Heather cuenta que RTV tiene 5 millones de dólares de budget en un año electoral. Según sus cifras, la participación de jóvenes entre la presidencial del 2000 y la del 2008 subió de 2,1 a 4,9 millones de votantes. Es cierto que en la última estaba Obama, pero para qué vamos a cuestionar el mério de Heather, con lo guapa que es, si lo importante es que con muy poca plata por elector es posible cambiar la tendencia.

-Otra cosa que me gustó, y que al mismo tiempo me deprimió, fue saber cómo ocupan herramientas automatizadas para mejorar la inscripción, ahorrar plata y dedicarse a lo importante: que los jóvenes vayan a votar. RTV te recuerda, el mismo día que cumples 18, que te inscribas, te alerta cuando se acerca una elección en tu ciudad, y desarrolló una aplicación para registrarte en línea. ¿Qué tenemos por acá? Tenemos al Sr. García, el vejete del Servicio Electoral, que por la vía de defender un sistema de votación "confiable" como el nuestro -como si eso fuera una gran gracia- nos ofrece una plataforma que es, literalmente, del siglo pasado.

-Es cierto que García no tiene toda la culpa, y que la culpa es principalmente de los vejetes de la Concertación y de la UDI que vivieron 2o años jugando de winners con un padrón de electores tan vejetes como ellos. Pero anda a tratar de cambiar tu registro de distrito por Internet y me cuentas.

-De lo que menos habló Heather es de rock y se agradece, porque entendimos que lo realmente clave no está tanto en los músicos -que son, sin duda, muy importantes- sino en el mensaje y su delivery.

-Algunas cosas que ella hace y que aplican a cualquier causa que aspire a movilizar a los pendex (vean, amigos de @eligeeducar, como trabajo overnight para ustedes): habla en sus códigos con gente que ellos respeten; elige bien los medios ("no estamos ni en FOX News ni en CNN, sino en MTV y Comedy Central), habla de las cosas que realmente les importan y muestra resultados que alimenten la esperanza de que, cuando se trata de provocar cambios, cada uno de ellos importan.

-Lo pasé bien. Me entusiasmó la combinación de pasión y extremo profesionalismo con que Heather gestiona su causa, en contraste con esos líderes de ONG´s y movimientos locales que creen que sus buenas intenciones los eximen de hacer bien la pega. ¿Haré algo con todo esto? No se. No creo. Quizás. Me dan un poco de lata nuestros rockeros, tan indolentes, tan poser tan y auto referentes, y sospecho que tendríamos que estar sufriendo a Bush para que despertaran de su pose. Temo que no resultaría. Que al cabo de un rato cada uno trataría (mos) de llevar agua a su propio molino...

-Pero en una de esas, capaz que sí. No por los jóvenes que no votan, que me tienen sin cuidado, sino porque hacer que lo hagan es la forma más expedita de inyectarle aire fresco a la discusión pública en Chile. El riesgo de no hacerlo es que ahora que nos libramos de los vejetes que jubilaron con el cambio de ciclo político, nos rodeemos de viejos chicos.

-Finalmente, todos hemos hecho cosas realmente locas cuando se trata de rock and roll.

Este post fue posible gracias a la gentil invitación de Cristobal Bellolio, quien me invitó y al que no saludé. Muchas gracias y disculpas por la rotería.

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