lunes, 14 de julio de 2008

La columna en LT

Este es el texto original del artículo que publicó ayer LT. La prueba de que la edición se agradece siempre.

La encuesta del día después.

El ránking de los 50 más influyentes que publicó el viernes la Revista Qué Pasa olvidó un nombre: la encuesta del CEP. Más que por los insights que entrega, no muy distintos al de su creciente lista de competidores, vale por el “momentum” que es capaz de crear y por su capacidad de formar opinión. Por eso, como las elecciones, la encuesta del CEP no se gana ni se pierde, sino que se explica. Estas son algunas tendencias menos visibles, pero no menos importantes, que surgen de los datos. Y que explican algunas cosas.

La Concertación pierde participación de mercado.

Hay una pregunta que es exactamente igual a otra de la encuesta de junio 2004, cuando restaba la misma cantidad de meses para la elección municipal y la presidencial: “¿Quién le gustaría que fuera la o el próximo presidente de Chile?”. Es una pregunta abierta, en que los entrevistados pueden nombrar a quien quieran, y se consignan todos los candidatos que anotan más de un 1%.
Hace cuatro años, Joaquín Lavín encabezaba la lista con un 32%, pero si sumábamos a Michelle Bachelet, Soledad Alvear, Ricardo Lagos y Eduardo Frei, la Concertación se quedaba con un 43% de “participación de mercado”.
Hoy Piñera lidera la lista con el 33% y la Alianza suma 40% gracias a los siete puntos de Joaquín Lavín (Premio Perseverancia Salvador Allende 2008). Pero si sumamos las menciones concertacionistas (Lagos, Insulza, Frei, Bachelet), éstas sólo llegan al 28%. Es decir, la Concertación pesa hoy en la mente de los electores 15 puntos menos que hace cuatro años y está 12 puntos atrás que la oposición.

El fantasma de la inflación

Es raro encontrar cambios dramáticos entre una encuesta del CEP y la otra. Los movimientos están casi siempre en el margen. Pero esta vez sí hay un cambio exponencial respecto de la inflación. Hace un año sólo un 8% consideraba que el “alza de precios” era uno de los tres principales problemas de los que debería ocuparse el gobierno. En diciembre, ya era un 17%. Hoy es un 30%. Es decir, quienes consideran la inflación un tema clave se cuadruplicaron en un año, y se doblaron en seis meses. Pérez Yoma dijo que era la hora de apretar los dientes. A la luz de estos datos, y de ese 27% que ya piensa que su situación personal empeorará en los próximos 12 meses, es particularmente cierta para La Moneda.

Los “no inscritos” son humanos.

En cada una de las preguntas sobre atributos de los candidatos e intención de voto el CEP presentó los resultados separando a quienes están inscritos para votar de quienes no lo están. Se agradece la delicadeza, porque permite conocer las diferencias de opinión entre un grupo y el otro.

Hasta ahora el pensamiento convencional decía que los no inscritos o eran miembros de la Garra Blanca o militantes de la Villa Francia. Que eran jóvenes anti-establishment, cuyos valores diferían profundamente de quienes sí votaban. Los números dicen todo lo contrario. En cada uno de los 12 atributos evaluados por el CEP, la opinión de los no inscritos sobre casi los candidatos o es mejor que la de los inscritos, o no varía significativamente.
Los no inscritos tienen más confianza en Lagos y Piñera que los inscrtitos. Y lo mismo ocurre cuando les preguntan si están “preparados para ser presidente”, si gobernarían “con firmeza”, si actuarían “con destreza y habilidad” y si tienen “don de mando”.
Un 45% de los no inscritos, versus sólo un 39% de quienes si lo están, cree que Soledad Alvear tiene los pies en la tierra. Un 36% de los no inscritos, contra un 30% de los inscritos, piensa que Lavín gobernaría “con firmeza”. Los no inscritos premian más que quienes votan la simpatía de Lagos (62/57), Piñera (63/57), Alvear (36/33), Lavín (36/34) y Frei (43/42), y en el caso de Insulza no hay diferencias (41/42).
¿Por quien votarían, si quisieran, los no inscritos? Cuando les dan plena libertad de elegir, lo harían más por Piñera que quienes si lo están (un 7% más), y también por Lavín (un 4% más). ¿Cómo jugarían en una segunda vuelta Lagos-Piñera? Por los dos equipos. Entre los inscritos, Piñera ganaría 44-35. Entre los no inscritos, 47-39.
Los números demuestran que las diferencias de actitud entre unos y otros, aunque las hay, no son tan profundas como se pensaba, y desmienten a quienes creen que impulsar la inscripción automática sería lo mismo que barajar otra vez el naipe.

¿Es la economía, estúpido?

Durante los últimos 12 meses, el índice de aprobación de Michelle Bachelet se convirtió en no-noticia. En julio de 2007 contaba con 42% de adhesión y hoy tiene un 40%. Dos puntos que no superan el margen de error. Ni la inflación, ni el alza de los combustibles, ni las movilizaciones sociales, ni la persistencia de los problemas del Transantiago ni cualquiera de las crisis de este año logran socavar la barrera de los 40 puntos, de la que tampoco logra alejarse, como si su popularidad no dependiera de las anécdotas, sino de factores más profundos o más permanentes.

Una pista surge al comparar los datos de Santiago con los de regiones. La diferencia surgió en junio del 2007, cuando en la capital su popularidad cayó a un 35%, 10 puntos por debajo de lo que marcaba en las otras 14 regiones. La brecha está lejos de cerrarse: hoy Santiago sigue estando ocho puntos más abajo. ¿Sigue explicándolo todo el Transantiago?

Hoy un 45% considera que la situación económica del país es mala o muy mala. Eso es 10 puntos más que en diciembre. La última vez que la encuesta CEP registró un nivel comparable a este fue en diciembre de 2002, cuando un 48% pensaba lo mismo. ¿Qué pasaba, entonces, con la popularidad del Presidente Lagos? Marcaba el mismo 40% que registra hoy Bachelet.

Crecen los swing voters.

Cada vez que se aproxima una elección, la adhesión a los bloques políticos tiende a crecer a medida que se acerca el minuto de elegir. El dato es dinámico, porque cambia a medida que avanza el ciclo electoral. Por eso hay que ir a junio de 2004 para comprar. Hace cuatro años un 32% se identificaba con la Concertación, y un 21% con la Alianza.¿Qué ocurre ahora, cuando quedan sólo tres meses para las municipales? Los fans de la Concertación suman sólo un 21%, y nunca habían sido tan pocos desde 1990. La Alianza no lo hace mejor. Hoy sólo un 14% declara sentirse parte de ella, y ese es también su mínimo histórico. (chequear)
Los que crecen fuerte son los que no se identifican con ninguno. Eran un 36% en junio del 2004, y hoy son el 52%. Hay, por lo tanto, un 16% dispuesto, hasta cierto punto, a cambiar. Un 16% que está cotizando y que puede volver la elección más líquida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estimado, tu análisis en La Tercera acerca del voto de los "no inscritos" me ha servido para legitimar una lucha que vengo dando hace tiempo. En todo caso, ya las encuestas del CEP de hace años muestran la misma tendencia. Quizás sólo en la UDI sigan creyendo que son de la Garra Blanca o Villa Francia. Lo mismo indican las encuestas de La Tercera y la Universidad Diego Portales.